“En el fondo sólo queremos ser felices”. Palabras del Dalai Lama con sabiduría. Y también habla de dos tipos de Felicidad: La interna que es la alegría del simplemente estar vivo, y la externa que son sólo las pasiones temporales de los sentidos.
Cuando voy a correr, mi oxigenación cerebral me pone en un estado de meditación donde a veces surgen reflexiones como éstas: Casi todo lo que hacemos o pensamos es con la intención de ser felices “externamente”. Lo curioso es que nos causa todo lo contrario, por que los sentidos son insaciables e insatisfechos. Nunca nos detenemos a pensar que estamos en un círculo vicioso.
Como es posible que la buena intención de querer ser felices nos traiga tanta infelicidad y vacío espiritual? Un vacío que nunca terminamos de llenarlo con cosas y más cosas. Es como si tuvieramos un virus en nuestro software mental que nos dice: “Entre mas dinero tengamos seremos mejores y mas felices”. Un virus subconsciente que corrompe tanto a ricos, como a pobres. Y ahí vamos todos en nuestra loca carrera tras la lana. Nunca existirá la seguridad material, por que entre mas se tiene, mas miedo se sentirá de perderlo.
No venimos a esta vida a ver que tanto dinero logramos juntar. Sino a aprender lecciones de amor y comprensión. La felicidad viene de dentro, de nuestro corazón. La que viene de fuera sólo es entretenimiento pasajero.
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