Se supone que el Budismo es una filosofía para autoanalizarse y auto-conocerse, pero el primer paso para hacerlo es reconocer los puntos débiles o críticos. Hasta éste momento he hablado muy poco de mis defectos y tal pareciera que este blog lo quiero convertir en el culto a “mimismo”. Y eso es precisamente lo que no quiero hacer. No quiero convertirlo en algo que refleje lo que no soy ó en un bastión de mi ego. Es más, para auto-desacreditar a mi ego y partirle la madre; estos son mis cinco puntos deleznables que aborrezco de “mimismo” y que requieren de mi atención “concienzuda” con el fin de, si no erradicarlos por lo menos controlarlos.
1 Cuando juego fútbol, no tardo en empezar a gritar y jugar medio marranón. Si voy a ver un juego de fútbol al estadio; yo soy uno de los que le raya la madre al árbitro, y no paro de gritar pendejadas.
2 Soy un desidioso empedernido: mi carro necesita arreglar algunos detalles, pero así los dejo, me conformo con que camine el mugrero.
3 Cuando manejo mi auto, me convierto en “el cafre implacable”, por eso en las horas pico antes que perder la paciencia; no salgo a manejar y me espero a que se desahogue el tráfico. Las filas de carros en los puentes para ir a El Paso me desesperan, prefiero dejar mi carro en Juárez y cruzar caminando (Sin embargo, esto ha traído de pasadita un efecto saludable en mi cuerpo).
4 Soy un admirador de la belleza femenina desnuda (palabras politicamente correctas para "pervertido"), por eso prefiero el diario “PM” que “El mexicano” para ver las preciosuras en tanga que ahí salen. Aparte de ser un cinéfilo que exige cine de calidad; también me gustan las pornos de Jenna Jameson y Tera Patrick.
5 La única forma de que me den ganas de bailar (sobretodo rave) es estando pedote, y ya no paro hasta que cierren el local.
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