Soy un producto de la frontera.
Un híbrido de dos naciones.
El rock y la cumbia son parte de mí,
El castellano es mi madre y el inglés mi padre.
El fútbol es mi pasión y devoción.
Soy mexicano de nacimiento y de orgullo,
Pero también soy fronterizo;
limitado hacia el norte por el imperialismo,
y olvidado por el centralismo capirucho,
No creo en “El sueño americano”
si se trata de un “sueño materialista”.
Ni creo en el patriotismo insensato,
si se defiende lo que no funciona.
Mi sangre es mexicana 100% pero,
mi carro es fronterizo y es ilegal a 50km al sur.
Ya tuve la experiencia de ser ilegal,
Y hay que partirse la madre por unos cuantos dólares.
Haber sido gringo ó mexica,
fue cuestión de un volado, daría igual.
La diferencia serían unos dólares en el bolsillo,
pero trato de no juzgar mi vida por el cuanto tengo.
Me gusta mi condición fronteriza,
Por abrirme los ojos a dos realidades distintas,
Es como cuando te preguntan:
¿A quien quieres más; a tu madre o a tu padre?
Yo los quiero a los dos.
Don't forget to sit still and breath mindfully.
The journey is the goal.
No olvides descansar un poco y respirar conscientemente.
El camino es la meta.
Saturday, July 22, 2006
Saturday, July 08, 2006
Dos poemas de Ramón Sampedro
ILUMINACIÓN
Tus senos son rosas cuyo aroma aspiro.
Olas, blanca espuma meciendo mis besos.
Rumor de caracolas susurrando en mi oído
La eterna afirmación que desvela el misterio.
Mientras mis labios vuelen
A posarse anhelantes sobre tus tibios pechos
Como la mariposa anhelante persigue el dulce de la flor.
Mientras clame encendida de pasión tu materia,
¡quiero morirme ahora!
El equilibrio existe porque entiendo el sentido del placer y el dolor
Mujer, mientras tu nombre exista, el cielo está seguro
Pues tú eres la certeza que derrota al dolor y al temor.
Mientras tu nombre exista, el cielo está seguro
Porque estará seguro para siempre el amor.
MAR ADENTRO
Mar adentro,
mar adentro.
Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.
Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.
El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.
Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
'más adentro', 'más adentro'
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.
Tus senos son rosas cuyo aroma aspiro.
Olas, blanca espuma meciendo mis besos.
Rumor de caracolas susurrando en mi oído
La eterna afirmación que desvela el misterio.
Mientras mis labios vuelen
A posarse anhelantes sobre tus tibios pechos
Como la mariposa anhelante persigue el dulce de la flor.
Mientras clame encendida de pasión tu materia,
¡quiero morirme ahora!
El equilibrio existe porque entiendo el sentido del placer y el dolor
Mujer, mientras tu nombre exista, el cielo está seguro
Pues tú eres la certeza que derrota al dolor y al temor.
Mientras tu nombre exista, el cielo está seguro
Porque estará seguro para siempre el amor.
MAR ADENTRO
Mar adentro,
mar adentro.
Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.
Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.
El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.
Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
'más adentro', 'más adentro'
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.
Saturday, July 01, 2006
Hablemos de fútbol
Me considero un “gourmet” del fútbol. Me gusta el “jogo” bonito no importa de donde venga, en estos tiempos me deleito viendo al Barcelona pero no por mi paisa Rafa Márquez, sino por que no es fácil encontrar en estos días equipos que da gusto verlos, en que el objetivo de cualquier juego son los resultados y en segundo término el juego “arte”.
Hay una máxima en psicología que dice: “El comportamiento refleja la personalidad”, en otras palabras; por nuestra manera de jugar fútbol es posible deducir nuestra personalidad. Eso quedó demostrado en la primera copa América (Ecuador ’93) que jugó México, Se enfrentó dos veces con Argentina; en la primera ronda y en la final. (Y como no lo voy a recordar si hasta me escapé del trabajo sin permiso para ver la final Mex-Arg y me regañaron). Pero no me arrepiento por que aprendí mucho de esos dos encuentros. Que pena que no los grabé para poder analizarlos un poco más.
¿Cómo puede un equipo jugar dos veces tan diferente contra Argentina con pocos días de diferencia? En la primera confrontación México jugó con actitud desenfadada, alegre, inspirados, la predisposición mental general era: “Me vale madres si pierdo, yo vengo a jugar!”. Quedaron empatados 1-1, pero en calidad de juego México fue muy superior. En el segundo juego, o sea el partido de la final, salieron engarrotados, nerviosos, como “fuera de lugar”, aquí la predisposición mental que percibí del equipo era: “Que hago aquí? No lo merezco!”
Han pasado casi 15 años de aquella primera Copa América en que participamos y tal parece que seguimos por el mismo rumbo. En los partidos cruciales se nos “frunce el yoyo”, necesitamos un cambio de actitud hacia nosotros mismos de “sentirnos cabrones” en los momentos decisivos, una actitud “argentinizada” como la de Hugo Sánchez. Los argentinos al igual que los mexicanos tienen buen nivel de fútbol, pero hay ocasiones en que por equis causa ambos equipos se ven superados por el rival. La diferencia está en la reacción que tienen ante la adversidad.
Buscando y tratando de encontrar la raíz de nuestro bajo nivel de autoestima, he llegado a la conclusión (tal vez descabellada y errónea) de que tenemos un racismo tácito contra nosotros mismos, por creer que el indio o mestizo es una raza inferior. Y tal vez por eso el argentino tiene un alto nivel de autoestima, por que es de raza blanca europea y de ahí su aire a veces de arrogancia, se siente superior. (El conquistador y el conquistado).
Que conste que no tengo nada en contra de los argentinos y menos contra las argentinas que son tan preciosas, le mando un saludo a mi diosa de la belleza Dorismar!
Hay una máxima en psicología que dice: “El comportamiento refleja la personalidad”, en otras palabras; por nuestra manera de jugar fútbol es posible deducir nuestra personalidad. Eso quedó demostrado en la primera copa América (Ecuador ’93) que jugó México, Se enfrentó dos veces con Argentina; en la primera ronda y en la final. (Y como no lo voy a recordar si hasta me escapé del trabajo sin permiso para ver la final Mex-Arg y me regañaron). Pero no me arrepiento por que aprendí mucho de esos dos encuentros. Que pena que no los grabé para poder analizarlos un poco más.
¿Cómo puede un equipo jugar dos veces tan diferente contra Argentina con pocos días de diferencia? En la primera confrontación México jugó con actitud desenfadada, alegre, inspirados, la predisposición mental general era: “Me vale madres si pierdo, yo vengo a jugar!”. Quedaron empatados 1-1, pero en calidad de juego México fue muy superior. En el segundo juego, o sea el partido de la final, salieron engarrotados, nerviosos, como “fuera de lugar”, aquí la predisposición mental que percibí del equipo era: “Que hago aquí? No lo merezco!”
Han pasado casi 15 años de aquella primera Copa América en que participamos y tal parece que seguimos por el mismo rumbo. En los partidos cruciales se nos “frunce el yoyo”, necesitamos un cambio de actitud hacia nosotros mismos de “sentirnos cabrones” en los momentos decisivos, una actitud “argentinizada” como la de Hugo Sánchez. Los argentinos al igual que los mexicanos tienen buen nivel de fútbol, pero hay ocasiones en que por equis causa ambos equipos se ven superados por el rival. La diferencia está en la reacción que tienen ante la adversidad.
Buscando y tratando de encontrar la raíz de nuestro bajo nivel de autoestima, he llegado a la conclusión (tal vez descabellada y errónea) de que tenemos un racismo tácito contra nosotros mismos, por creer que el indio o mestizo es una raza inferior. Y tal vez por eso el argentino tiene un alto nivel de autoestima, por que es de raza blanca europea y de ahí su aire a veces de arrogancia, se siente superior. (El conquistador y el conquistado).
Que conste que no tengo nada en contra de los argentinos y menos contra las argentinas que son tan preciosas, le mando un saludo a mi diosa de la belleza Dorismar!
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