Saturday, February 11, 2006

To believe or not to believe.

Antes que budista soy Juarense. Crecí en medio del desmadre, de las pedotas en la Avenida Juárez y el Pronaf. Yo también fuí bautizado por el alcohol y las pirujas de la Mariscal, haciéndolas una especie de costumbre de fin de semana. Pero hasta ahí llegué, y no sé ni porque, tal vez el "correr" que siempre me hacía trascender, ó el fútbol; pues si me desvelaba; jugaría mal al siguiente día, ó el preguntarme que mi único fin en la vida no tiene porque ser alcohol y sexo, que tenía que haber algo más. Pero tuve que pasar por esa etapa para entender que si la vida gira en torno a algo, ésta se convierte en una especie de religión, que no es más que la idolatría del escape mental por medio de la sustancia mágica y la carne, y que casi siempre termina en adicción y vacío. Y desafortunadamente varios amigos y hasta familiares ya estaban bien metidotes en ese mundo.
Sin saberlo, estaba necesitando de alguna filosofía o religión para sustituir la que ya tenía y no cumplía con mis expectativas. Todo ésto sucedía a nivel subterráneo en mi subconsciente. Sin la creencia en un Dios Todopoderoso; me encontraba sin brújula en medio del mar. He ahí la importancia de creer en algo para no caer en la desolación e incertidumbre. Pues incluso los ateos tienen la creencia acérrima de la “no existencia de un Dios”. Pero a mi no me complacía por que yo si creo en la inmortalidad del alma.
Algo que me ayudó indudablemente, fue la experiencia de relajación corporal y mental que experimenté cuando hice yoga por primera vez. Se pueden leer muchos libros, pero de nada sirven si no hay una experiencia personal que la valide o la invalide. Bastó tan solo una primera vez para despertar el preguntón que todos llevamos dentro: ¿Cual es el fundamento de ésta nueva sensación corporal llamada yoga? Así empezó mi camino por el nuevo mundo de la filosofía del oriente que yo no conocía, y que en nuestra civilización occidental la conocemos muy poco. Pero que va ganando terreno por sus efectos en la salud mental y física. Y que en lugar de rival, es complementaria de la religión occidental.

Terminaré este escrito con un párrafo que me gustó mucho de un ex-drogadicto que en su libro no habla de que su filosofía sea budista, pero que para mí si lo es:

“Quizás de alguna manera los alcohólicos y los drogadictos seamos unos cobardes porque no podemos aguantar los dos malestares mas leves de la existencia, el aburrimiento y la mediocridad. Es porque no tenemos humildad. Es por eso que muchos bebemos y nos drogamos. No porque busquemos grandes horizontes, sino mas bien por escaparnos de una pequeñez que no podemos aguantar……nuestra propia vida en humilde normalidad....porque somos demasiado algo....orgullosos o intolerantes. ¿Y que es la humildad? Humildad no es humillación. Humildad es aceptarse tal y como se es, con todos sus defectos y sus virtudes. Humildad es vivir la verdad interior…ser quien se es.” -Guillermo Descalzi

1 comment:

Anonymous said...

comparto lo que dices, aunque no puedo negar que el budismo es una gran influencia que recien conozco, soy centroamericano, algun día nos veremos por ahí, saludos